Crítica | American History X (1998): «el odio es un lastre» (2024)

4 enero, 2021

PorBárbara Fernández Mastache

Crítica | American History X (1998): «el odio es un lastre» (1)

País: Estados Unidos
Año: 1998
Dirección: Tony Kaye
Guion: David McKenna
Título original: American History X
Género: Drama
Productora: New Line Cinema
Fotografía: Tony Kaye
Edición: Gerald B. Greenberg y Alan Heim
Música: Anne Dudley
Reparto: Edward Norton, Edward Furlong, Fairuza Balk, Stacy Keach, Elliott Gould, Avery Brooks, Beverly D'Angelo, Jennifer Lien, Guy Torry, Ethan Suplee, Keram Malicki-Sánchez
Duración: 119 minutos

País: Estados Unidos
Año: 1998
Dirección: Tony Kaye
Guion: David McKenna
Título original: American History X
Género: Drama
Productora: New Line Cinema
Fotografía: Tony Kaye
Edición: Gerald B. Greenberg y Alan Heim
Música: Anne Dudley
Reparto: Edward Norton, Edward Furlong, Fairuza Balk, Stacy Keach, Elliott Gould, Avery Brooks, Beverly D'Angelo, Jennifer Lien, Guy Torry, Ethan Suplee, Keram Malicki-Sánchez
Duración: 119 minutos

Esta es una historia de odio, de amor y admiración. De redención y de culpa. Es una historia de América. Es una historia de una familia que utiliza el odio para no perdonar, para no pensar.

Joaquin Phoenix rechazó el papel de Derek Vinyard alegando que la temática que representaba el guion le parecía repugnante. El director, Tony Kaye, no quería que el papel fuera interpretado por Edward Norton, pero tal opción no era negociable. Norton no solo fue impuesto por la productora, sino que su intervención fue clave en la versión final de la cinta, casi media hora más larga que los ochenta y seis minutos iniciales de Kaye. Estuvo nominado al Óscar al mejor actor en 1998, ganó 13,6 kg de masa muscular y rechazó participar en Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) para centrase en Derek.

Derek Vinyard es un joven neonazi al que meten en la cárcel por matar a tres negros a sangre fría. Su hermano, Danny(Edward Furlong), sigue sus pasos. La muerte de su padre, la enfermedad de su madre, dos hermanas y la ausencia de su idolatrado hermano le llevan a suplantar su papel mientras Derek cumple condena. Con cada palabra y acción grita a voces su bando. La supremacía blanca manda y toda acción ha de servir de cauce para expandir los valores de la causa. Utiliza el Mein Kampf (Mi lucha, Adolf Hitler, 1925) para demostrar sus destrezas académicas, sin embargo, teniendo un profesor judío y un director negro, puede que no fuera la opción más acertada.

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Admiración fraternal.

f*ck! (joder), es la palabra más repetida, hasta en doscientas cinco ocasiones en ciento diecinueve minutos, y no es para menos. Las cosas pueden joderse pero bien cuando se introduce el crimen racial dentro de un drama familiar. Hay violencia, mucha violencia, demasiada, pero toda cierta. Hay miedo, odio y una sensación total de vacío existencial. Para levantar el suspenso, el Dr. Robert Sweeney (Avery Brooks), director del colegio, le encarga a Danny una redacción sobre su hermano Derek. Quiere saber cómo su salida de prisión le influye, qué siente, qué ha sentido y por qué. Cuáles han sido los condicionantes que han inclinado la balanza hacia otro lado y, sobre todo, busca saber por qué dice ser lo que su cabeza rapada proclama. El privilegio director-alumno evitaría que cualquier palabra fuera leída fuera del aula, por lo que la sinceridad y honestidad deberían estar presentes. El proyecto se llamaría American History X (Historia Americana X)

American History X no llega a todos los públicos porque hable de nazis y negros, o de hermanos que se pelean e imitan entre sí. Llega porque relata una magnitud universal.

Cuando la historia termina la cabeza del espectador sigue pensando en el bordillo, en la esvástica, en el tatuaje, en cómo Edward lo mira. No es una película fácil ni agradable. Tampoco es una película para ver en bucle y acompañar con palomitas. No está basada en hechos reales pero eso no la hace menos cierta. Es una hora y media que altera, que no deja indiferente, que no puedes dejar de analizar. La simbología nazi, los gritos, las violaciones, las riñas, las discusiones… todo muestra odio. Enfado elevado a la máxima potencia. Ira contenida, asco y repulsión por la muerte de un padre con explicación a medias. Tampoco es una historia vacía en la que la ignorancia justifique las acciones, no. Los discursos están estructurados y bien estudiados, y el diálogo de la manipulación se ceba con aquellos que no han sabido adaptarse a las circunstancias, a los «nuevos cambios»; pues, la libertad no es para todos.

Bajo la retórica clasista de la supremacía del poder blanco sobre negros, hispanos, amarillos y demás gente, se expanden las ansias de poder de un viejo cobarde, reprimido, que esconde sus patéticos intentos de ser alguien sobre criaturas desvalidas. Stacy Keach da vida a Cameron Alexander, el «cerebro» del movimiento neonazi de California. Organización, caos y lucha activa edulcoran unas fiestas donde la jerarquía militar ni siquiera aparece en la sombra. Todo gira en torno a él, es más fácil obedecer que pensar por uno mismo, es más fácil dar peces que enseñar a pescar, y todo discurso resulta más eficiente si el adoctrinamiento viene de casa.

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Edward Furlong interpreta a Danny Vinyard.

Pero todo en esta vida cambia. Si la integridad es un valor que pocos conocen, menos aún son quienes defienden realmente su significado. Y la aplicación práctica de determinados valores solo con sangre se paga. Sin embargo, hay sensaciones humanas que permiten que completos desconocidos conecten. American History X no llega a todos los públicos porque hable de nazis y negros, o de hermanos que se pelean e imitan entre sí. Llega porque relata una magnitud universal. Con intensidad variable, todo el mundo ha amado, ha querido, le han defraudado y traicionado, y se ha sentido total y absolutamente fuera de lugar. Aunque sí las explica para dar sentido a la trama, esta película no cuenta el cómo ni el porqué de las situaciones. La esencia de la misma consiste en pararse a pensar en el «yo abstracto», en qué se es en cada momento, en cómo las consecuencias sirven para actuar y no para justificar.

:: before

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Coffee Shop Restaurant representa muchas cosas. Dentro, el Sr. Blanco (Harvey Keitel) explica la legitimidad moral de las propinas en la épica conversación que inicia Reservoir Dogs (Quentin Tarantino, 1992); en El gran Lebowski (Joel Coen, Ethan Coen, 1998) El Nota (Jeff Bridges) es un cliente habitual y aquí, en American History X (Tony Kaye, 1998), es el lugar en que los hermanos Vinyard deciden hacer lo correcto. Las reflexiones de un día pueden adquirir un corte cabal si cuentan con información suficiente y una bondad de corazón rezagada por la ingenuidad que la trivialidad del odio produce. La humillación ante el mismo no supone un contrasentido al entender que la presión de este odio orgulloso no supone más que un lastre de por vida. No se puede olvidar. Es como un virus que deja marca, que hay que filtrarlo poco a poco. Pero, aviso a navegantes, una bala en la cabeza drena mejor.

Cita del subtítulo: Danny Vinyard.


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